miércoles, 30 de septiembre de 2009

La unidad priista, en riesgo


Aunque de alguna manera se ha tratado de enmendar el camino y hay muestras de un pacto de civilidad en el priismo poblano, no deja de sorprender la manera burda, desaseada y nada caballerosa con la que hasta hace unas semanas, la dirigencia estatal del tricolor había tratado por todos los medios de quitar de la contienda por la candidatura al gobierno del estado, a la actual presidenta municipal de Puebla capital, Blanca Alcalá Ruiz.
A través de artimañas como hacer decisivas reuniones entre los aspirantes cuando la alcaldesa está fuera de la ciudad y el país por motivos de trabajo, hasta ataques por diferentes frentes a través de columnistas y medios de comunicación en general, incluyendo publicaciones de encuestas de dudosa procedencia, han sido utilizados para hacer que el capital político y de voto que tiene Alcalá baje.
Esto en aras –según parece-- de encumbrar en las preferencias preelectorales a quien señala todo mundo, es el candidato del gobernador Mario Marín, el actual secretario de Desarrollo Social en el estado, Javier López Zavala.
Incluso hay quien menciona a través de las columnas de chismes y trascendidos políticos, que es el propio mandatario Mario Marín quien promueve esta estrategia para bajar de las encuestas a Blanca Alcalá.
Esto es difícil de creer ya que el mandatario poblano es un conocedor a fondo de la política y sería difícil pensar que luego de los resultados del priismo en las elecciones federales del pasado 5 de julio, en el que el tricolor unido logró barrer al panismo de Puebla, se pretenda dinamitar esta unidad y sobre todo, atacando a quien sin duda es una de las fortalezas del PRI poblano: la alcaldesa Blanca Alcalá.
Y es que es claro que sin hacer alharaca, sin grandes campañas mediáticas, sin mucho maketing, Alcalá Ruiz ha logrado convertirse en un activo político muy importante para el priismo. Y eso lo dicen los fríos números de las encuestas.
Su papel en la contienda del 2007, en la que empezó con una clara desventaja frente a su adversario panista Antonio Sánchez Díaz de Rivera, pero que fue remontando hasta alcanzar una victoria contundente, la sacó del cuasi retiro político para ponerla al frente de la quinta ciudad en importancia del país y obviamente convertirla en una “aspirante natural” a la candidatura priista al gobierno del estado.
Su carácter de mujer en estos tiempos de equidad de género y de ascenso de las féminas a diversos cargos en todos los ámbitos de la vida nacional, es también sin duda un atractivo electoral.
Es un despropósito y sería un error de pésimas consecuencias para el tricolor poblano, empeñarse en una guerra sucia contra la alcaldesa poblana.
Por lo anterior, veo difícil que el mandatario Mario Marín cometiera el desatino de promover una campaña para terminar la popularidad de una priista distinguida, por muy a favor que pueda estar de su “delfín”. Es claro que atacar a Blanca Alcalá y buscar reducirle simpatías y el afecto ciudadano, es a la larga atacar al propio priismo poblano y socavar su unidad.
Estoy seguro que esta campaña más bien proviene de ciertos operadores políticos priistas que ya se ven trepados en la “maquinaria victoriosa” del 2010 y que temen que un cambio de máquina a estas alturas del camino, los puede sacar de la soñada nómina y urgidos de expresar su condición de “más marinistas que Marín”, se lanzan a atacar a lo loco y sin medir las consecuencias.
Pero hay que recordarles que aunque se adelantaron las elecciones y el proceso electoral se acerca, todavía falta mucho camino para llegar al mes de julio del año entrante.
A nivel local y nacional pueden pasar muchas cosas. Incluso a nivel internacional, con la mala situación económica que hoy se vive.
Aún falta mucha historia por escribirse.
Aún no es tiempo de triunfalismos y menos de descartes a priori.

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