martes, 6 de octubre de 2009

Lydia Cacho, la censora



El pasado lunes la periodista Lydia Cacho publicó en El Universal una columna en donde censura la temática del reciente libro de Gabriel García Márquez, “Memorias de mis putas tristes” e incrementa su condena ante la posibilidad de que esta obra se convierta en película, tal y como se había hablado en semanas recientes por que en ella se retrataría según sus palabras: “…una apología fílmica de la trata de menores…”.
Además si a esto se agrega que el gobierno del estado de Puebla que encabeza Mario Marín –un personaje recurrente y provechoso para la Cacho-, abrió la posibilidad de apoyar económicamente a este filme –como lo ha hecho ya en anteriores ocasiones con otras producciones-, pues el cuadro le quedó ni mandado hacer a la columnista para lanzarse de nuevo contra el propio gobernador Marín y ya de paso –por que se le cruzó en el camino- también contra el mismísimo García Márquez, por la sola posibilidad de llevar a la pantalla grande esta obra.
Y en el exceso –según mi personal punto de vista-, Lydia compara y equipara la situación final de esta trama literaria, con la historia legal de Surcar Kuri (“¿Por qué Televisa se indignó con las aberraciones de Succar Kuri y Kamel Nacif y ahora pone millones de dólares para filmar una historia muy parecida? ¿Por qué Eva Garza, dueña de FEMSA invierte en una historia que convierte la explotación sexual adolescente en un acto de amor normalizado que ella ha criticado?”, escribe la Cacho).
Debo entender que con esta argumentación, si Lydia Cacho estuviera a cargo de la oficina censora del país, también incluiría en esta condena libros como “Lolita” de Vladmimir Nabokov o “Muerte en Venecia” de Thomas Mann (que por cierto las dos con el tiempo se convirtieron en magníficas y memorables películas). En ambas tramas se gira en torno al enamoramiento de adultos mayores de jóvenes adolescentes. Ambas son consideradas por cierto, ¡obras maestras de la literatura del siglo XX!.
¿Pero será cierto que el hecho de retratar situaciones humanas -por muy crueles, inhumanas y deleznables que sean-, el arte (literario, fílmico, plástico, escénico, etcétera) se puede convertir en un apologista de ellas?
Así las cosas, entonces a Truman Capote y su famosa, “A sangre fría”, se le debe endosar el incremento de la crueldad de los crímenes seriales de los años sesenta para acá, en los Estados Unidos.
Y a William Burroughs se le debe culpar por la gran cantidad de adictos que hay en el mismo país, ya que su “Almuerzo Desnudo”, es sin duda una apología de la drogadicción y el exceso de enervantes, una glorificación del “yonqui” gringo, en pocas palabras.
Sólo esperemos que esta idea censora no se le pegue a los cristianos bíblicos tradicionalistas, porque ellos cuando lean la visión humanizada y corpórea que José Saramago, hace de Jesús de Nazareth y de María Magdalena en “El evangelio según Jesucristo”, van a anatemizar al autor portugués y lo van a culpar de la expansión del arte blasfemo y de la irreverencia cada vez más presente en torno a las imágenes sagradas cristianas.
Resumiendo:
No defiendo que se filme “Memorias de mis putas tristes”. De hecho se me hace una obra menor del gran escritor colombiano. Si se trata de llevar al cine algo del Gabo yo escogería otra novela.
(Además una obra maestra literaria no siempre tiene una justa réplica en el cine. Incluso más bien es raro que haya una buena novela que tenga una buena versión en la pantalla grande. Y muchas de las buenas películas vienen de novelas menores, así que en una de esas, ¡hasta es mejor película que libro!).
Tampoco creo que los gobiernos de cualquier nivel, deban tener como una de sus misiones el dar dinero para películas. El cine es una industria que debe tener en la ley de la oferta y la demanda, su justa retribución. Es claro que hay otras prioridades y necesidades en una entidad tan rezagada como Puebla.
Sin embargo tampoco creo que tengamos que necesitar “espíritus moralmente superiores”, Ni cancerberas de las “buenas costumbres”, que nos tengan que estar “filtrando” las creaciones artísticas, para que no nos vayamos a pervertir sexual y moralmente.
Y mucho menos necesitamos que la periodista Lydia Cacho siga sacándole jugo mercadotécnico a esos tenebrosos temas.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las adicciones, un problema de salud


La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la que señala que se debe garantizar que los farmacodependientes no sean tratados como criminales sino como enfermos, tomada en esta semana que concluye, es un paso hacia la racionalización y clarificación del combate al creciente problema de las adicciones en nuestro país.
Reseña el diario El Universal esta noticia de la siguiente manera:
“En una decisión cerrada de seis votos contra cinco, el alto tribunal declaró inconstitucional el artículo 199 del Código Penal Federal, que estuvo vigente hasta el pasado 19 de agosto, que ordenaba consignar y someter a proceso judicial a los adictos cuando eran detenidos en posesión de droga para su consumo…
La argumentación de la corte fue que “dicho artículo…, permitía que a los farmacodependientes se les consignara y se les sometiera a un juicio si eran encontrados con una cantidad de droga para su consumo —aunque al final se les dejaba en libertad—; mientras que quienes eran detenidos en las mismas condiciones, pero decían que no eran adictos, quedaban libres y sin ser consignados ni fichados.”
Como se podía ver era una ley absurda e injusta. Si decías que eras “adicto” recibías trato de delincuente, si decías que no lo eras, eras liberado sin mayor trámite.
Si bien aún estamos lejos de la despenalización clara total y ostensible del consumo, que sería lo más sano y lógico, este es un paso en la dirección correcta.
Y es que en medio de la lucha contra las mafias del narcotráfico, las autoridades en muchas ocasiones sometieron a tratos de criminales narcomenudistas a decenas de miles de simples adictos, que fueron detenidos con pequeñas cantidades de alguna droga, que luego de ser sometidos, encarcelados y ser objetos en muchas ocasiones del escarnio público (como la clásica foto en la sección policiaca del diario provinciano), eran liberados por un juez, ya que no había razones fundadas para acusarlos de delitos graves.
(Eso podría explicar en mucho porque la autoridad federal anuncia 80 mil narcotraficantes detenidos en un año, de los cuales sólo menos de 2 mil eran consignados. Es obvio que la mayoría de los detenidos en este presunto combate contra el crimen, eran sólo consumidores con mala suerte.)
Así las cosas, la lucha contra la delincuencia organizada del narcotráfico es confundida con el combate a la drogadicción. Son temas relacionados, sin duda, tienen vínculos muy fuertes. Pero es claro que la violencia de las mafias es un problema delincuencial, mientras que las adicciones es un fenómeno de salud pública que requiere un trato distinto.
Esto aunado a que el pasado 20 de agosto entró en vigor las reformas a la ley contra el narcomenudeo, que incluye entre otras cosas la despenalización de la posesión de drogas en cantidades mínimas para el consumo personal, deja en claro que el país esta asumiendo poco a poco una actitud más racional y sensata para combatir de manera separada estos flagelos –la drogadicción y la narco violencia- que tanto dañan a nuestra sociedad y que aunque están ligados, deben ser atacados desde distintas trincheras.
Las adicciones –sea a una droga ilegal, al alcohol, a la azúcar, al chocolate, a la coca cola, vaya hasta ¡a una persona!-, son un problema de salud en el que están involucrados temas de relaciones de familia, de la escuela, de las amistades, de la biografía personal, pues.
Las personas no se hacen adictas porque quieren. Son una serie de circunstancias que los orillan a hacerse dependiente de una droga o cualquier otra sustancia.
Vale reproducir lo que dice Fernando Savater en una reciente entrevista en Milenio, cuando le preguntan qué decirles a los padres de familia ante este peligro para sus niños y jóvenes:
“Bueno, pues hay que decirles ‘eduque usted, eduque y eduque bien, porque todo es peligroso, en este momento internet es peligroso, la religión, como sabemos, es muy peligrosa, subirse en un avión es peligroso, la velocidad, las motocicletas, los autos y bueno, también la droga. Pues para eso está la educación, la educación está para saber cómo uno puede vivir en convivencia con los otros, sin hacerse daño, y sin matarse claro...si todo se prohíbe…’”
Y cuenta la anécdota: “el hijo de un amigo mío…, de 15 años se suicidó por amor, pues esas cosas de los adolescentes…Triste, muy triste. Entonces qué hacemos ¿Prohibimos el amor? ¿Prohibimos que los chicos salgan con las chicas?”
“Es que también el amor, cualquier cosa intensa, pasional, que da un sentido digamos a la vida, que no sea la rutina meramente laboral, todo eso lo puede llevar a un peligro, ¿Prohibimos todo eso para que la vida sea aburrida pero segura?”
Vale la pena reflexionar honesta e inteligentemente sobre esto.

La unidad priista, en riesgo


Aunque de alguna manera se ha tratado de enmendar el camino y hay muestras de un pacto de civilidad en el priismo poblano, no deja de sorprender la manera burda, desaseada y nada caballerosa con la que hasta hace unas semanas, la dirigencia estatal del tricolor había tratado por todos los medios de quitar de la contienda por la candidatura al gobierno del estado, a la actual presidenta municipal de Puebla capital, Blanca Alcalá Ruiz.
A través de artimañas como hacer decisivas reuniones entre los aspirantes cuando la alcaldesa está fuera de la ciudad y el país por motivos de trabajo, hasta ataques por diferentes frentes a través de columnistas y medios de comunicación en general, incluyendo publicaciones de encuestas de dudosa procedencia, han sido utilizados para hacer que el capital político y de voto que tiene Alcalá baje.
Esto en aras –según parece-- de encumbrar en las preferencias preelectorales a quien señala todo mundo, es el candidato del gobernador Mario Marín, el actual secretario de Desarrollo Social en el estado, Javier López Zavala.
Incluso hay quien menciona a través de las columnas de chismes y trascendidos políticos, que es el propio mandatario Mario Marín quien promueve esta estrategia para bajar de las encuestas a Blanca Alcalá.
Esto es difícil de creer ya que el mandatario poblano es un conocedor a fondo de la política y sería difícil pensar que luego de los resultados del priismo en las elecciones federales del pasado 5 de julio, en el que el tricolor unido logró barrer al panismo de Puebla, se pretenda dinamitar esta unidad y sobre todo, atacando a quien sin duda es una de las fortalezas del PRI poblano: la alcaldesa Blanca Alcalá.
Y es que es claro que sin hacer alharaca, sin grandes campañas mediáticas, sin mucho maketing, Alcalá Ruiz ha logrado convertirse en un activo político muy importante para el priismo. Y eso lo dicen los fríos números de las encuestas.
Su papel en la contienda del 2007, en la que empezó con una clara desventaja frente a su adversario panista Antonio Sánchez Díaz de Rivera, pero que fue remontando hasta alcanzar una victoria contundente, la sacó del cuasi retiro político para ponerla al frente de la quinta ciudad en importancia del país y obviamente convertirla en una “aspirante natural” a la candidatura priista al gobierno del estado.
Su carácter de mujer en estos tiempos de equidad de género y de ascenso de las féminas a diversos cargos en todos los ámbitos de la vida nacional, es también sin duda un atractivo electoral.
Es un despropósito y sería un error de pésimas consecuencias para el tricolor poblano, empeñarse en una guerra sucia contra la alcaldesa poblana.
Por lo anterior, veo difícil que el mandatario Mario Marín cometiera el desatino de promover una campaña para terminar la popularidad de una priista distinguida, por muy a favor que pueda estar de su “delfín”. Es claro que atacar a Blanca Alcalá y buscar reducirle simpatías y el afecto ciudadano, es a la larga atacar al propio priismo poblano y socavar su unidad.
Estoy seguro que esta campaña más bien proviene de ciertos operadores políticos priistas que ya se ven trepados en la “maquinaria victoriosa” del 2010 y que temen que un cambio de máquina a estas alturas del camino, los puede sacar de la soñada nómina y urgidos de expresar su condición de “más marinistas que Marín”, se lanzan a atacar a lo loco y sin medir las consecuencias.
Pero hay que recordarles que aunque se adelantaron las elecciones y el proceso electoral se acerca, todavía falta mucho camino para llegar al mes de julio del año entrante.
A nivel local y nacional pueden pasar muchas cosas. Incluso a nivel internacional, con la mala situación económica que hoy se vive.
Aún falta mucha historia por escribirse.
Aún no es tiempo de triunfalismos y menos de descartes a priori.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El IVA disfrazado, pero necesario



Fue una jugada inteligente la del presidente de la república y su gabinete económico, de filtrar un muy pequeño y virtual IVA etiquetado con el apoyo a combatir la pobreza, en su paquete económico.
Esto obliga de inmediato a la oposición (especialmente al priismo dominante) a asumir de cara al país, su papel de corresponsable de la conducción del país en los próximos tres años, que las elecciones del pasado 5 de julio le otorgaron.
Además y pensando ya en el 2012, la discusión interna de esta propuesta sacará a flote una vez más la vieja división priista entre los “neoliberales” (salinistas y tecnócratas, bien representados por el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, hoy convertido en “una estrella más del canal de las estrellas”); y los “nacionalistas revolucionarios” (integrados por el llamado bronx legislativo del PRI, apoyados por el gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz y que tiene a Beatriz Paredes, como cabeza más visible).
Esto explica el porqué algunos legisladores priistas rechazan en automático el 2% de IVA disfrazado, mientras algunos otros como David Penchyna o Francisco Rojas, muestran sus reservas y dejan abierta la posibilidad de analizar a fondo la propuesta.
En todo caso el margen de maniobra del PRI en el legislativo no es muy ancho. El equilibrio entre austeridad gubernamental, deuda pública e incremento de recaudación fiscal, que contiene la propuesta del presidente Felipe Calderón, no les deja mucho margen de maniobra a sus opositores.
Y es que el PRI tiene la clara perspectiva de regresar a Los Pinos en el 2012. ¿Le convendría un retorno en situaciones económicas y sociales tan adversas? Además tienen los tricolores otro camino de negociación: la posibilidad de que este 2% o parte de el, pueda ser administrado directamente por los gobiernos de los estados, 19 de los cuales los tienen bajo sus siglas (lo que además les empujó en mucho su triunfo en el pasado 5 de julio y les podría potencialmente dar los mismos réditos para la presidencial de 2012).
Obviamente el gobierno federal no soltará tan fácilmente estos dineros y eso obligará a un espacio de acuerdo que bien puede beneficiar a PRI y PAN.
Así pues, la pelota está en territorio priista y le tocará a estos, pasados los días de la “declaracionitis” y la negativa a bote pronto, el proponer alternativas o crear mesas de negociación que le permitan al presidente Felipe Calderón un espacio de maniobra que le haga concluir mejor su segundo trienio, luego de que el primero dejó mucho que desear, por no llamarlo mediocre.
El PRD y la izquierda aglutinada –o más bien dicho, medio aglutinada- en torno a López Obrador, tienen una negación automática al IVA generalizado, así sea el 2%, sus limitadas motivaciones no son propiamente técnicas sino más bien ideológicas.
Esto último los acerca al sector del “nacionalismo revolucionario” priista, espacio en donde habría posibilidad de una alianza parlamentaria que podría si no ganar la unanimidad, por lo menos bloquear un posible acuerdo PRI-PAN.
Sin embargo se ve lejana esta opción, sobre todo por la clara oportunidad que vislumbra el priismo unido de ganar en el 2012. Si no lo hacen así podrían caer en lo mismo que les pasó en el 2003, cuando se gestó la ruptura Madrazo-Elba Esther que a la postre llevó al tricolor a su fracaso electoral más estrepitoso hasta ahora, en una elección federal.
El PRD viendo poca la posibilidad de un acercamiento con el priismo de “izquierda”, ya amenazó con recurrir a su viejo y gastado método que tantos votos le ha quitado, la de tomar la tribuna e impedir por la fuerza lo que evidentemente no podrán lograr por la razón y el acuerdo.
Esto alejaría a la izquierda electoral de toda posibilidad de ganar el 2012. Y lo acercaría más al trasnochado sueño del ciclo revolucionario deseado para 2010, con todas las consecuencias que ello puede traerles para su futuro político.
Lo importante de que pase este nuevo impuesto del 2% generalizado al consumo, además de los recursos que brindará para la urgente política social, es que romperá con un paradigma erróneo que se ha enquistado en la mentalidad de muchos mexicanos: que los pobres no deben pagar impuestos.
Y de que es un gravamen injusto: más injusto es que la minoría que consume casi la totalidad de los productos básicos del país, no pague un quinto de impuestos.
Y que no haya recursos para apoyar a una inmensa mayoría que no consume más la mínima parte de estos artículos básicos.

¿Diálogo ciudadano?



El domingo la presidencia de la república realizó un ejercicio inédito en la historia de la política mexicana, organizó un encuentro llamado “Diálogo Ciudadano”, transmitido por la web en la página de la presidencia y por los canales de televisión abierta de proyección nacional.
Con un formato inusual pero ya antes visto en sociedades como la estadunidense o la española, se trató de hacer una reunión informal entre el mismo presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa con un grupo de ciudadanos que desearon fueran representativos de todo el territorio mexicano.
El presidente se propuso responder a todos los cuestionamientos que estos ciudadanos de a pie le fueron haciendo.
Estuvo un tanto aburrido. El evento resultó muy acartonado, las preguntas fueron bastante a modo, se quiso mostrar una sociedad muy conforme y displicente con el gobierno federal. Como si no hubiera problemas con la economía, la seguridad pública, la salud, etcétera.
En resumen, en la emisión conducida por el buen periodista Leonardo Curzio, presentaron una ciudadanía muy dócil y correcta.
Demasiado para los tiempos que estamos viviendo. Un diálogo presidente-ciudadanía, francamente inverosímil.
Luego de su discurso del 2 de septiembre, que en general causó buena impresión incluso entre sus críticos, el presidente Calderón se lanzó la semana pasada en una gira por los más diversos noticieros televisivos y radiofónicos, desde donde fue delineando los cambios y las decisiones que estaría tomando en esta semana.
Y claro ponderando su empeño un tanto tardío, pero no por ello menos encomiable, de pasar de los “cambios posibles”, a los “cambios necesarios”, en la búsqueda de las soluciones a los grandes rezagos nacionales (reforma fiscal, energética, mejora educativa, mejor seguridad pública, más y mejor infraestructura, etcétera)
Dentro de ese esquema de política de comunicación social seguramente diseñado por sus sesudos –y seguramente muy bien pagados- asesores en medios, presentó el programa emitido el domingo por la noche.
Siempre es bueno que se busque innovar, que se intente hallar nuevas maneras de hacerle llegar a la sociedad el mensaje de los gobernantes.
Así pues el ejercicio en si mismo no está mal.
Lo que queda en duda, es ¿para qué se hace? ¿Qué fin tienen estas sesiones en televisión? ¿Qué busca el presidente Calderón con estos ejercicios de comunicación? ¿Le dará buenos o malos resultados?
¿Querrá incrementar su popularidad y la aprobación a su gestión? Sus números no son malos, tomando en cuenta la pésima situación económica, los aún magros resultados en materia de seguridad pública, y la aparatosa derrota que vivió su partido –y de alguna manera su administración- el pasado 5 de julio, su aprobación arriba de los 60 puntos, no es nada mala. Mejor, imposible dados sus resultados.
¿Lo que buscará es tener un diálogo franco con la sociedad sin la intermediación mediática? Si esta es la razón, creo que el resultado es malo. Basta compararlo con el diálogo que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero tuvo en un idéntico programa hace unos meses en la televisión ibérica, para darnos cuenta que esta versión mexicana estuvo muy light, muy acartonada, edulcorada y nada sincera.
¿Será que el titular del ejecutivo quiso mostrar e incrementar el músculo de su popularidad ante el Poder Legislativo, hoy dominado por el viejo y contradictorio priismo?
Es probable. La estrepitosa derrota sufrida por el PAN en las urnas, pone al presidente Calderón contra la pared ante un priismo empecinado en volver a Los Pinos en 2012.
En cualquier caso, creo que el presidente Calderón está repitiendo el error de su antecesor: gobernar para la “opinión pública”, decidir en temas fundamentales en base a encuestas y en ese afán, inmovilizarse ante los retos de las inercias y los intereses creados que se ponen a los cambios, dolorosos pero necesarios.
El discurso del 2 de septiembre es esperanzador. El evento de comunicación social del domingo 6 de septiembre, me devuelve las dudas.
Como estadista y si antepusiera lo intereses del país a los de su partido, mejor que pierda el PAN la presidencia en el 2012, que dejar que el país siga arrastrando lastres que tanto dañan a los mexicanos.

luisbenitez22@hotmail.com

Las cifras de la violencia

Un primo que tengo en Costa Rica –hijo de mexicana y tico- me pregunta a través del email, cómo se vive la violencia en México, le intriga conocer cómo es que evitamos los mexicanos las balaceras, qué hacemos cuando nos topamos con algún descabezado tirado en la calle y cómo evitamos los secuestros y asaltos.
La idea que desde ahí se tiene de nuestro país, es el de una sociedad hundida por la violencia y la inseguridad, que sobrevivimos apenas entre crisis económica, la corrupción gubernamental de todo nivel, la impunidad y la violencia criminal.
Así la idea de que nuestro país vive en una creciente descomposición social y un deterioro permanente de la vida de los ciudadanos, también la tienen muchos de los países vecinos o cercanos.
Y no es para menos. Basta ver cualquier noticiero o leer cualquier diario en nuestro país, para darnos cuenta de la violencia que se vive día a día en muchas zonas del país, de la zozobra en la que –aparentemente- viven ciudades como Culiacán, Mazatlán, Reynosa, Apatzingán, Ciudad Juárez o Tijuana.
Todos los días nos recetan en los medios cifras espeluznantes de muertes, violencia, drogadicción, que nos tiene con la idea clara entre los mexicanos que en nuestro país se vive la peor violencia que puede haber a nivel mundial.
Sin embargo cuando trata uno de buscar estadísticas confiables, bien basadas y análisis comparativos para entender la dimensión de la creciente violencia en el país, nos encontramos con que no hay.
Pero este mes en la revista Nexos, el investigador y profesor del Colegio de México (y ex comentarista del programa “Entre tres” de los lunes en TV Azteca), Fernando Escalante Gonzalbo, presenta un muy interesante y revelador artículo titulado “Homicidios 1990-2007” en el que nos demuestra con datos duros y análisis comparativos, hasta qué punto en los medios de comunicación e informativos, en materia de seguridad pública y del crimen en nuestro país, vivimos sin datos, sufrimos sin cifras claras y nos sumergimos en una profunda preocupación por estos temas, sin tener indicadores que nos digan en dónde estamos y hasta dónde hemos avanzado, o no.
En ese provocador análisis nos presenta las cifras frías sobre el delito del homicidio en México en ese periodo y nos muestra contra toda percepción actual y en contra de lo que a diarios nos recetan en todos los medios de comunicación, que las cifras nos dicen que los homicidios se han reducido.
Y que las comparaciones que nos hacemos con países como Colombia en los años ochenta son desafortunadas, porque con toda la violencia que actualmente vivimos, no hemos alcanzado ni por mucho los índices de nuestro hermano país sudamericano.
La pasarela mediática nacional, tan poco afecta a los datos y a los indicadores cuando estos no reflejan algo que sea “noticia” (léase: que sea escandaloso) no le han dedicado espacio a reflexionar sobre lo que este artículo da a conocer (con la excepción de Héctor Aguilar Camín en su columna de Milenio).
Este artículo habla a profundidad de sólo unos de los delitos más graves, sino el que más, como es el homicidio. En materia de asaltos, secuestros, robos de autos no profundiza, aunque esboza que al parecer no es muy diferente la situación a la que se vive en cuestión de homicidios.
Y es que no se trata tampoco de pensar que la violencia en México es sólo cuestión de percepción y que los medios son los culpables de esta. Eso sería tomar un camino fácil.
Se trata de entender de que es necesario conocer los datos, compararlos, analizar cifras, hacer comparativos, conocer indicadores, no sólo para tenerlos ahí para los medios, sino también para que como sociedad nos enteremos en dónde estamos y en qué rubro hemos avanzado y en cuáles no.
También sería bueno que los medios y quienes trabajamos en ellos, echemos un vistazo a este revelador texto de Escalante Gonzalbo, nunca está de más en el afán de mejor informar, hacer un alto en el camino de la vorágine de la información diaria, para reflexionar sobre datos desde una perspectiva histórica.

Nostalgias del informe



Hace diez años las voces que a través de todos los medios de comunicación, dominaban y hasta aturdían con su cantaleta, reclamaban el fin del informe presidencial, esa ceremonia seudo republicana que devino con las décadas priistas en un vulgar “besamanos”, en una especie de entronización anual y culto a la personalidad del mandatario en turno.
Hoy muchas de esas mismas voces reclaman la falta de un espacio de contacto entre el presidente de la república y sus gobernados. Es decir, hoy extrañan el informe presidencial.
¿Quién entiende a la “opinocracia” mexicana?
Quien esto escribe no extraña ni recuerda con nostalgia la otrora tradicional ceremonia del primero de septiembre. Si acaso, el asueto que en cada arranque de sexenio se daba por ley. Pero nada más.
Siempre fue una ceremonia aburrida, atiborrada de datos que nada dicen, pretexto para el autoelogio presidencial.
Hubo momentos patéticos en esos días “del presidente”, como aquel en el que José López Portillo lloró por los “desposeídos” y prometió “defender como un perro” al peso mexicano, que a partir de ese momento se despeñó de manera irreversible, metiéndonos en una crisis de proporciones mayúsculas, de la que hoy todavía seguimos pagando factura.
Total, en ese día ni informaban, ni se tomaban decisiones positivas para el país y el ritual se convertía solo en una competencia de zalamerías y genuflexiones en torno al “gran tlatoani”, al que una vez terminado su sexenio se le culpaba de todos los males.
Por desgracia el cambio de esa ceremonia inútil no trajo consigo algo mejor o más positivo.
La estridencia, el insulto, los desplantes, y los amagos de violencia fueron lo único que los políticos mexicanos de oposición lograron proponer para sustituirlo.
Eso explicaría un poco, el catálogo de desaciertos, descontroles, poses, ninguneos, desprecios que hay entre los poderes de la república y entre los partidos políticos, que es en lo que se ha convertido hoy el “día del informe presidencial”.
Para lo único que sirve es para que presidente tenga un pretexto para martirizar a base de espots a los pobres ciudadanos y para que los partidos de oposición no pierdan oportunidad de reprochárselo y contraatacar a base de declaraciones banqueteras en cuanto medio de comunicación se lo permite.
Por desgracia este es un retrato fiel de nuestra pobre democracia mexicana.
Un viejo ritual que desterramos por inútil, sustituido por una mediocre pasarela mediática que no aporta nada a la discusión de los grandes temas nacionales-¡que vaya que los hay!-.
Lo importante viene en unos días, cuando el gobierno federal entregue su propuesta presupuestal para el próximo año.
A ver si ahí se dejan las estridencias y mejor se construye algo que de verdad ayude al país al salir del hoyo en el que estamos y al que hasta hoy no le vemos una buena salida.

El 2011, tan lejos y tan cerca
Qué lejos se ve el 5 de julio desde Puebla. Qué rápido se ha olvidado la contundente derrota panista contrastada con la opulenta victoria del PRI a nivel nacional.
¿Dónde están los bonos ciudadanos ganados por el priismo en las urnas? ¿Dónde quedó la candidatura de unidad a la que arribarían gustosos para el 2010 los felices militantes del tricolor?
Los graves daños al erario público ocasionados por una mala gestión en la secretaría de salud poblana –¡en los tiempos de la influenza AH1N1!-, bien podrían convertirse en “la piedrita en el zapato” para el priismo local.
Bien vale decir a 11 meses del próximo proceso electoral: ¡tan lejos y tan cerca!

luisbenitez22@hotmail,com

domingo, 23 de agosto de 2009

Austeridad ¿para quién?

Mucho se habla y se reitera en los medios de comunicación de que los gobiernos federal, estatal y municipal tendrán que reducir drásticamente sus gastos. Y esto se vende y festeja como un acto de bonhomía, de responsabilidad de parte de nuestros funcionarios gubernamentales.
Pero bien visto, esta reducción en el gasto del gobierno a quien más perjudica es a la propia ciudadanía. Pues esta reducción apenas afectará los salarios de burócratas y funcionarios, la reducción será más en gastos de operación, es decir que los mismos funcionarios públicos seguirán devengando sus salarios pero tendrán menos qué hacer, porque no habrá para operar, tendrán menos recursos para hacer funcionar la seguridad pública, la salud, la educación, los servicios básicos y claro está menos apoyo a los sectores más pobres.
Así las cosas esta austeridad gubernamental tan festejada y presumida, a quien más perjudica y castiga es a la propia ciudadanía y de esta, son los más necesitados los que más van a perder ya que son los que más requieren de estos servicios que da el gobierno en sus tres niveles.
En cambio cuando se habla de generalizar el IVA a todos los productos, se piensa que los más perjudicados son los sectores más pobres.
Pero no es así. Los sectores más pobres son los que menos consumen, los que menos tienen para alimentos y medicinas. Dependen totalmente de dispensarios, de la medicina asistencial o del sector público.
Los niños más pobres apenas consumen leche, huevos, pan ¿Quiénes más consumen estos productos? Las clases medias y en mucho mayor medida las clases más pudientes.
La exención del IVA que hoy tienen la leche, los huevos y el pan ¿Quiénes más la disfrutan?. Pues los que más la consumen. El 5% de la población mexicana, consume aproximadamente el 70% de estos productos. El 95% restante apenas consume el 30%.
¿Dónde esta la justicia fiscal de la exención del IVA a medicinas y alimentos?
Y si se pagara este impuesto al consumo generalizado, habría más recursos para que los funcionarios públicos sigan haciendo su labor de servicio a la sociedad y a la ciudadanía.
Por desgracia los medios de comunicación no alientan el análisis a fondo de estos y otros temas, al contrario, se festina y se alienta el lugar común, las consignas, los gritos y sombrerazos, como los que lanza nuestra arcaica izquierda que nomás oye “IVA generalizado”, se desgarra las vestiduras se tira al piso, empieza a patalear y en caso extremos –AMLO por ejemplo- hasta llama a una rebelión popular.

Hay de subsidios a subsidios
Uno de los servicios que se prevé incrementen su costo a la población es el de la energía eléctrica. Aunque más que un aumento en las tarifas, la verdad sea dicha, lo que se prevé es la reducción en el subsidio que el gobierno federal da a todos los usuarios domésticos de este energético.
El subsidio es parcial y según el nivel de consumo el subsidio va siendo mayor: entre menos el usuario doméstico consuma más subsidio y menos costo del servicio; y al contrario, entre mayor consumo doméstico menos es el subsidio.
Pero hay casos en los que el subsidio es total. Como a los trabajadores sindicalizados de ese sector, quienes como parte de sus prestaciones se les da la energía eléctrica de manera gratuita. Claro está que con esto, los hogares de los trabajadores eléctricos tienen estufas, bóilers, calefactores y todo lo que puedan, que funcione a base de electricidad.
Hay también municipios, instituciones, delegaciones en todo el país, que por una razón o por otra, no pagan su consumo de esta energía.
Por si fuera poco, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, una de las dos empresas federales que tiene el monopolio de la generación y distribución de más del 90% de la energía eléctrica nacional tiene un déficit de algo así como 18 mil millones de pesos, tiene 40 mil trabajadores activos y 20 mil jubilados con las más altas prestaciones del país.
Es una empresa nada competitiva y cara. Que sin embargo por ley no puede dejar de existir y estamos obligados como país, a mantener aunque no sirva y sea ineficaz y costosa.
¿No se podría empezar a buscar resolver estas situaciones anómalas para llegar a una verdadera austeridad?

Para tapar el “hoyo fiscal”


Por el oscuro panorama económico y sobre todo el déficit gubernamental que el año entrante tocará fondo -aunque desde ya se perciben sus primeros síntomas-, nuestros próximos diputados tendrán la gran responsabilidad de aprobar la propuesta de ingresos y egresos para el 2010.
Y mientras los dirigentes partidistas y las visibles cabezas de todos los partidos escurren el bulto ante la sola mención del IVA generalizado o de incrementar impuestos, los legisladores tendrán ante si la responsabilidad de decidir qué hacer ante la falta de recursos.
Es previsible una reducción drástica del gasto público, una política de ahorro que va castigar los llamados rubros no indispensables.
Pero por muy fuerte que sea el recorte no será suficiente. Y es que la crisis pega lo mismo a la federación, los estados y los municipios y en cada uno hay necesidades básicas que no se pueden obviar: seguridad pública, salud, educación, servicios básicos, etcétera.
En esta época de lucha contra las narcomafias ¿se castigará la seguridad pública?
Con la crisis que provocó la presencia en México del virus AH1N1 ¿se reducirá el gasto en salud?
Con el serio rezago educativo que tan mal califica al país ante muchos organismos internacionales ¿se castigará a la educación?
Yo creo que no.
También es previsible que se recurra a pedir préstamos internacionales. Pero de igual manera, será insuficiente para el tamaño del “hoyo fiscal” que se tendrá el siguiente año.
Por lo tanto será necesario que las autoridades federales y el poder legislativo busquen la manera de conseguir recursos extraordinarios de la propia sociedad mexicana y para eso no va a haber de otra: será vía impuestos.
En recientes días se han manejado un par de opciones que bien pueden ayudar a paliar esta escasez de recursos públicos, pero que implican que ya no sea sólo el gobierno federal el que tenga que cargar con el costo de ser el recaudador de impuestos, sino que implicará por fuerza la participación de los propios estados y municipios.
Una de estas es dejarle a los estados libres y soberanos la posibilidad de aplicar en sus demarcaciones gravámenes estatales.
Esto sería de doble beneficio. Por un lado el gobierno federal dejaría de ser quien paga el costo político por la recaudación fiscal, y por otro lado los gobiernos estatales podrían disponer de recursos frescos de manera más directa. Además de que se atendería de manera más eficiente y directa los muchos casos de evasión.
Muchos estados de la república –como Veracruz o Nuevo León- se quejan de que le dan más al país –vía recursos naturales o impuestos-, de lo que reciben –vía asignaciones federales-. Con esto podrán disponer de recursos fiscales de manera directa.
Otra opción es la de incrementar el ingreso vía impuesto predial. Ya se sabe que es un impuesto que cobran los propios municipios directamente, pero que da mucho menos de lo que debería dar.
En este rubro México también esta en la cola de los países del mundo, y esto se debe a la fragilidad e inseguridad de la tenencia de la tierra en muchos estados y municipios, a la gran cantidad de asentamientos irregulares y al rezago catastral a nivel nacional.
Por último, otra opción que se puede abrir también vía estados y municipios, es incorporar a la economía informal a los que pagan impuestos.
Hay millones de ciudadanos mexicanos que mueven recursos, dan empleo y generan riqueza en la informalidad, sin dar un solo centavo al erario.
Esto último es más complicado, ya que muchos de estos grupos de la informalidad tienen vínculos con partidos, forman parte del corporativismo que sigue siendo la fuente del poder de muchos políticos de todos los colores.
Ahora la pregunta que queda es: ¿estarán los gobiernos estatales y municipales dispuestos a asumir esta gran responsabilidad?
Yo creo que no. Hasta hoy ha sido más fácil dejarle la bronca de la recaudación fiscal a la federación y esperar a que los recursos lleguen.
En todo caso, son pocos los caminos que hay para salir de la crisis de falta de recursos y alguno de estos se tendrán que tomar más temprano que tarde.

luisbenitez22@hotmail.com

domingo, 9 de agosto de 2009

Zelaya, visitante incómodo


El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue recibido con todo el protocolo por el gobierno del presidente Felipe Calderón, quien se ha mostrado solidario y hasta acomedido en apoyar al depuesto mandatario en su lucha por regresar al poder en su país.
En su discurso el presidente Calderón ha justificado esta actitud con respecto al conflicto interno en Honduras, en la vocación democrática que debe consolidarse en el continente, en el respeto a las instituciones y al Estado de Derecho.
Y claro está, el llamado a no caer en las tentaciones golpistas de hace tres décadas que tanto daño y sangre le causó al continente.
Sin duda una actitud irreprochable del mandatario mexicano.
Sin embargo si bien es claro que la actitud golpista de las autoridades de facto que hoy gobiernan Honduras, significa una clara traición a los valores democráticos que apenas se quieren consolidar en nuestro continente, también es un hecho que el mandatario Zelaya había entrado semanas antes de su ilegal destitución, en una espiral populista y de tentación autoritaria que también lesionaba de manera grave a las instituciones hondureñas.
Su empecinamiento en hacer un referéndum para promover la reelección, sin respetar la opinión de los otros poderes de la república hondureña y haciendo caso omiso de la negativa para hacer tal ejercicio de parte de su propio partido, lo colocaba en el camino por el que han transitado personajes del tamaño de Hugo Chávez (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua) y en Ecuador, Rafael Correa, que son todo lo “progresistas” que se quiera, pero demócratas, no.
Ya estaba marchando en ese rumbo megalómano, mesiánico y francamente dictatorial que tanto entusiasmo estaba despertando en gobernantes tan “democráticos” como los hermanos Castro de Cuba.
Y esos guiños al populismo los vino a confirmar en su visita a México, donde después de la recepción amistosa y cálida dada por el gobierno mexicano, en un visita que prometía ser corta, pero que terminó siendo de tres días, Manuel Zelaya en un acto público se deshizo en elogios al “presidente legítimo” López Obrador y le remató el panegírico con esta frase: “a veces es mejor sentirse presidente, que serlo…”
No conforme con eso, un día antes había señalado que el golpe en Honduras se resolvería en cinco minutos si Estados Unidos se lo proponía. Le recriminó a Obama su tibieza ante el conflicto en el país centroamericano.
O sea, al odiado imperio yanqui al que le hemos recriminado durante décadas su intromisión en los asuntos internos de los países de América Latina, ahora Zelaya le pide que se meta para resolver de facto el conflicto hondureño.
Si este doble discurso que trajo en su visita a México (lleno de cinismo, de engaños, vacío de diplomacia e ignorante), fue el mismo con el que quería convencer a los ciudadanos hondureños, se entiende –aunque no se justifica- la desesperada actitud de quienes le organizaron el virtual golpe de estado a este dictador en ciernes.
Con todo una vez más, quien salió mal librado de este gris episodio de la diplomacia mexicana, es el presidente Felipe Calderón, quien no sólo se tomó la foto en Nicaragua con Raúl Castro, Ortega, Chávez, el propio Celaya y Correa, sino que fue vocero de una posición conjunta en defensa del gobierno de Zelaya.
Para que ahora en México el depuesto mandatario –sin querer queriendo- le viniera a pagar con flores. Pero flores para AMLO.
Calderón está mal y de malas.
Sólo espero que la diplomacia mexicana asuma con mayores reservas este apoyo a rajatabla que le está regalando a un político centroamericano más cercano al autoritarismo de Hugo Chávez y Fidel Castro, que a una verdadera vocación democrática.

La libertad de prensa, los excesos

El problema que hoy enfrenta el periodismo y el ejercicio de la libertad de prensa es muy distinto a lo que sucedía en México hace dos décadas.

Antes el principal obstáculo para el ejercicio periodístico era la censura que el estado autoritario mexicano y monopartidista ejercía en todos los medios de comunicación a todo lo largo y ancho del país. Esta censura podía ejercerse de manera violenta o intimidatoria, o por medios más “cautos” vía el pago de publicidad o el intercambio de favores con los dueños de los medios.

(Aún así existieron medios informativos como la revista “Por esto”, o diarios como “Excelsior” -que vivió etapas de cierta libertad-, o más recientemente la revista “Proceso” que desde que nació en los años setenta se convirtió en una voz sistemáticamente disidente del gobierno en turno.)

Hoy los principales problemas que enfrentan los periodistas mexicanos son la represión y censura que ejerce la violencia organizada en cada vez más zonas del territorio mexicano y el abuso en el ejercicio de la libertad de prensa.

Y es que aunque hay algunos gobiernos estatales que ejercen presión y censura sobre algunos medios regionales, en general la diversificación y el nacimiento de las nuevas tecnologías, ha hecho imposible que ningún gobierno en nuestro país pueda “controlar” a todos los medios de comunicación.

Hoy, creo yo, en México y en Puebla se ejerce la plena libertad de prensa, todos los medios publican lo que a su parecer les parece informativo, lo destacan o lo jerarquizan según sus propios criterios.

Quien quiere publicar algo que signifique una crítica al gobierno federal, al estatal o municipal lo puede hacer. Quien no lo hace es porque no quiere o porque no le conviene hacerlo.

Hay medios que viven de halagar al gobierno en turno. Pero también los hay que viven de criticarlo sistemáticamente.

Si alguien apela a la “autocensura” como una nueva manera de ejercer la censura de parte de los gobiernos, yo explicaría que lo que hay son líneas editoriales y propuestas informativas que consideran qué decir y qué no decir.

La “autocensura” es un mito que esconde conveniencias y acuerdos previos entre medios e instancias de gobierno.

El otro problema es el abuso de la libertad de prensa o el esconderse en ella para dar rienda suelta a fobias personales o buscar medrar o lucrar con los contenidos informativos.

En esta simulación informativa se busca indagar intimidades, violar las vidas privadas, calumniar, inventar historias buscando dañar escandalizando y entre más escándalo se provoque “mejor” periodista se quiere ser.

Este periodismo se esconde en una presunta pretensión literaria, se desliga –y hasta se burla- de cualquier contención ética, niega la existencia de responsabilidad social al informar y en su ejercicio “creativo” no se detiene ante nada ni nadie, que no sea su propia “vocación” de tirar la neta.

Esta idea “periodística” daña al gremio ya que predispone a mucha gente a no confiar en los medios periodísticos, a que no los vea como entes confiables y aliadas en la contención de los excesos gubernamentales, sino más bien como “tira-tintas” al servicio de tal o cual causa.

Convierte a los informadores no en medios, sino en actores de la noticia, por lo tanto los pone en el centro de los conflictos de la sociedad.

Y una sociedad donde la violencia -por desgracia- está cada vez más a la orden del día, hace que el gremio periodístico sea su víctima cada vez más constante.

Es momento de diferenciar el periodismo serio de la “ficción periodística” y entender que hay que ser más responsable y autocrítico al informar.

Y apostar a que en medio de este excesivo uso de la libertad de prensa, sean los amables lectores quienes distingan el denuesto de la información.

miércoles, 29 de julio de 2009

Los hombres del presidente


Un verdadero y exitoso líder en cualquier ámbito del quehacer humano, no es el que sabe hacer todo de todo.
(No hay un ser humano capaz de tener la sapiencia y la experiencia suficiente como para entender y saber de todo lo que implica realizar cualquier tarea, ya que todo implica por fuerza trabajo en equipo. Y el trabajo en equipo requiere un liderazgo.)
Un verdadero y exitoso líder si quiere rendir frutos y tener éxito, tiene que rodearse de los mejores, de los que más sepan de todos y cada uno de los aspectos de la tarea que tiene bajo su responsabilidad.
Un verdadero y exitoso líder si quiere estar en una dinámica de mejora, debe saber escuchar a la gente más cercana de su equipo.
Y la gente más cercana de su equipo debe saber expresar su desacuerdo con el líder. Porque siendo expertos en sus áreas, saben más que el propio líder, cuya misión es tener una visión panorámica y más amplia que el experto en su área, ya que su responsabilidad incluye ese ámbito en cuestión y muchos otros más.
Un líder que solo quiere escuchar a aquellos de su equipo que le dicen que sí a todo, que es incapaz de escuchar a aquellos que le dicen no o que están en desacuerdo con lo que dice, estará pronto en problemas y difícilmente será capaz de construir un buen trabajo en equipo y dar resultados.
El mejor grupo que puede tener un líder exitoso y que aspire a mejorar, no es aquel que siempre está dispuesto a seguirle la corriente, sino aquel que entendiendo el objetivo del colectivo, sabe decirle a su líder que no, sabe externar su desacuerdo.
Así pues, al asumir la grandísima responsabilidad de liderar a un equipo, a un grupo, a una empresa, a una región o a un país, lo primero que se tiene que hacer es rodearse de gente que sepa más, que entienda más y sobre todo que entienda que lo más importante son los resultados que se puedan dar con ese trabajo en equipo.
Y esto vale para todo.
Todo este rollo, que puede ser una perogrullada, es necesario recordarlo porque es una tentación muy grande la de ser líder y obnubilarse por ese poder, creerse todopoderoso desde esa posición y pensar que el liderazgo es una especia de don divino, que los pone a salvo del error y la tontería.
Y pienso en el presidente de la república, Felipe Calderón, su grupo cercano y la disputa por la dirigencia del Partido Acción Nacional.
Es claro que el presidente ha privilegiado la amistad, la cercanía y la fidelidad, al momento de elegir a su equipo de trabajo, antes que la capacidad y el conocimiento de las áreas en las que asigna a sus cercanos.
Es claro que en el complicado ámbito político, hay que buscar la identificación personal, la lealtad y la confianza. El tema es como hacer que esto no entre en conflicto con la capacidad y el conocimiento.
La permanencia por ejemplo del académico y politólogo, Juan Molinar Horcasitas, primero en el IMSS y actualmente en la SCT, es la clara muestra de que lo más importante es la cercanía con el mandatario, aunque el personaje en cuestión no tenga experiencia alguna en esas importantísimas responsabilidades.
Ernesto Cordero en la Sedesol, Alonso Lujambio en la SEP, Gerardo Ruiz Mateos en la Secretaría de Economía, Alberto Cárdenas en Sagarpa, Bernardo de la Garza en la Codeme, son sólo algunos de los funcionario de la presidencia que han sido cuestionados por sus malos resultados o por su nula experiencia en los cargos para los que han sido designados.
Ahora el mandatario mexicano se ha empeñado en colocar a su exsecretario particular, César Nava, al frente del PAN nacional. Y si bien su partido no es parte de la administración federal, es obvio que forma parte vital del área de influencia que le permite conducir al país.
Es normal que en un régimen presidencialista sea necesario mantener cercano al partido del gobierno.
Antes el propio mandatario había colocado ahí a Germán Martínez, quien luego del desastre electoral del 5 de julio, tuvo que dejar el cargo.
Tanto Nava como Martínez, son parte de la gente más cercana del presidente, no de ahora, sino de hace ya muchos años. Son sus alumnos en el panismo, pues.
El problema -creo yo- no es que quiera poner a gente cercana a él en todos esos cargos básicos para su gestión y para la conducción del país.
Sino que esos personajes además de serle gente fiel y cercana, sean incapaces de decirle que no y que por eso los quiere ahí.
Y que por su juventud o por sus perfiles, carezcan de la experiencia necesaria para ejercer sus cargos.
El problema sería que Felipe Calderón se haya obnubilado por el poder presidencial, y que no tenga a un equipo de gente preparada y experta, sino más bien a un grupo de colaboradores incapaces de decirle que no.
Eso sería desastroso no sólo para su partido, sino para el país.

Guerra sucia



Mientras el PAN poblano vive una aparente calma luego del desastroso resultado del pasado 5 de julio, el triunfante priismo sigue resuelto a seguir abaratando su aplastante triunfo, con una serie de enfrentamientos internos que ya toma visos de guerra sucia.
Al arrancar esta semana le toca a la presidente municipal Blanca Alcalá Ruiz, de quien circula un video en youtube en el que se le señala como responsable directa del fallecimiento de una menor por la caída de un viejo árbol en el zócalo, el mismo día de la jornada electoral.
Utilizando un capítulo de la famosa serie “Mujeres asesinas”, doblándoles la voz a los personajes y utilizando un lenguaje por demás soez y bajo, se utiliza este programa de televisión para defenestrar de manera ruin y sin fundamento a la presidenta municipal.
Lo que extraña es el ataque furibundo y la saña en contra de la alcaldesa. El video muestra una convicción de agredir con desmesura con visos de una rabia poco usual en otros videos dedicados a otros políticos.
De más está señalar también la mala leche al elegir el tema con el que se ataca. La muerte de esa pequeña es una tragedia por si misma, es un hecho que enlutó a hogares poblanos y que su utilización me parece no solo falto de ética, sino hasta contraproducente.
Es una manera de lucrar políticamente con una tragedia, es un actitud obvia que difícilmente podrá pasar desapercibida por la ciudadanía poblana.
Y es que véasele de donde se vea, difícilmente la presidenta municipal puede tener responsabilidad directa alguna en la tragedia sucedida en el zócalo el 5 de julio.
Es como si al jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard se le señalara como responsable de las muertes del “News Devine” el año pasado, o que el presidente Calderón sea responsable por negligencia en el doloroso caso del incendio en la guardería del IMSS en Sonora.
La alcaldesa tiene un numeroso equipo de trabajo que le rinde cuentas a ella, pero que cada uno de ellos a su vez tiene una serie de jefes en cada una de las más variadas áreas de responsabilidad, que a su vez conducen el trabajo de decenas de operadores que se encargan directamente de labores para bien de la ciudad.
El hecho de que en alguna de esas áreas se presenten posibles actos de negligencia o impericia que ocasionen daños irreparables como el que se menciona, es responsabilidad directa de los jefes y operativos del área correspondiente.
O en todo caso, tiene que ser una investigación legal la que determine en qué nivel de decisión estuvo el error o la negligencia para fincar responsabilidades.
En el caso de la desgracia señalada, en el ayuntamiento de Puebla ya hay funcionarios cesados y algunos más en investigación.
Por lo anterior ésta “video guerra sucia” contra Blanca Alcalá se antoja gratuita y de baja ralea.
La autoría de esta mala pieza que quiere ser crítica, aguda y original, pero que termina siendo un catálogo de lugares comunes y bajezas, difícilmente se puede encontrar fuera de las filas del propio priismo.
Fuego amigo”, pues.
En todo caso se puede entender que surja la crítica hacia la presidente municipal incluso desde las filas de su propio partido, puede ser hasta sano que haya voces que desde la ciudadanía reclamen más y mejores servicios, atención a peligrosos problemas, que le exijan a Alcalá una mejor gestión o que le encuentren graves defectos a su administración.
Pero el tono, la ruindad del tema, el lenguaje utilizado en este video, nos hablan de muy poca imaginación, escasa pasión crítica, y si mucha rabia y encono.
Luego de verlo, este video habla mucha más mal de quien lo hizo, que de la propia destinataria del denuesto.

PRI: ¿operación cicatriz?

Como se podía ir avizorando, el contundente avance priista en las elecciones del pasado 5 de junio, empieza a provocar discrepancias en el partido triunfador, tanto a nivel nacional como en el caso de Puebla.
Primero a nivel nacional. La intención de la dirigente priista Beatriz Paredes Rangel, de convertirse en la coordinadora de la poderosa bancada tricolor en la Cámara de Diputados sin dejar su posición directiva del priismo nacional, pronto encontró una férrea oposición de parte de varios líderes y personajes destacados de ese partido, quienes de inmediato convocaron a una encerrona tricolor para exigirle a la veterana política tlaxcalteca, que mejor se definiera: o era la coordinadora de los diputados priistas, o se quedaba en la dirección nacional de su partido.
Evidentemente las dos responsabilidades, sería demasiado poder concentrado en una sola persona, advirtieron sus opositores tricolores.
Paredes Rangel mantiene hasta esta fecha su indefinición ante esta encrucijada colocada por sus compañeros de partido y es la hora que no se pronuncia, esperando, tal vez, a que pasados los meses pueda quedarse no con las dos funciones, pero sí dejar a un personaje de sus confianzas sobre quien pueda influir, en algunos de los dos cargos.
Esto le daría una posición de privilegio para poder aspirar a convertirse en la primera mujer candidata del ex partidazo, enfrentándose con más fortaleza al nada más, pero nada menos que hasta hoy adelantadísimo aspirante priista, el aún gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Dicen los mal pensados que en Beatriz Paredes, existe la posibilidad de se pueda convertir en una especie de clon –seis años después- de Elba Esther Gordillo y llegar a ser interlocutora única y privilegiada de la relación PRI-Congreso con su amigo el presidente Felipe Calderón, como en su momento lo fue la líder moral del magisterio en su relación con el ex presidente Vicente Fox. Y con ello acumular un capital político y de negociación que le daría muchos puntos en la puja por la candidatura presidencial en el tricolor.
En Puebla, la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de exigir que se cumpla con lo establecido en las leyes federales y se realicen las elecciones del 2010 (donde se verá quién será el próximo gobernador, presidentes municipales y diputados del congreso local) no en el mes de noviembre, sino cuatro meses antes -en el mes de julio- ha puesto al priismo local en un ritmo de toma de decisiones que ha alborotado a los suspirantes del tricolor poblano.
En una inusual y extraña jugada política, el gobernador Mario Marín Torres en la semana que concluye, convocó a sendas comilonas a algunos personajes destacados e influyentes de la escena mediática poblana, para externarles su satisfacción por los excelentes resultados del pasado 5 de julio.
También y aprovechando el viaje, externó no sin ciertas florituras verbales y giros humorísticos, su clara afiliación hacia ciertos personajes de su administración -alumnos políticos suyos y quienes hoy detentan importantes y destacadísimos cargos públicos-, su clara preferencia por que sean los dos aspirantes suyos a ser candidatos a la gubernatura por el PRI en Puebla. Se trata de Javier López Zavala –a la sazón, secretario de Desarrollo Social- y Alejandro Armenta Mier, dirigente estatal del triunfante tricolor.
Además reconociendo que él –Mario Marín- a diferencia de sus predecesores cercanos, Manuel Bartlett y Melquíades Morales, sí podrá tener mano en el momento de elegir al candidato priista a sucederlo en el cargo. Es decir dando por hecho que él y nadie más será el “gran elector” para el año entrante.
Esto ha provocado irritación especialmente en tres personajes destacados del tricolor poblano: el ex edil Enrique Doger, el ex secretario de Salud y hermano del ex gobernador Melquíades, Jesús Morales Flores y del legislador federal Alberto Amador Leal, quienes con diferentes tonos y argumentos han censurado este virtual destape priista a la vieja usanza y el que de golpe y porrazo haya descartado las aspiraciones legítimas de ellos y otros suspirantes del tricolor.
El ex rector de la BUAP, Enrique Doger Guerrero, ha sido más drástico en sus comentarios y de plano ha declarado una virtual “guerra mediática” para exigir un proceso “democrático” y claro de elección interna en el PRI y pide enfáticamente que los aludidos por el mandatario poblano, renuncien ya para garantizar equidad en la contienda interna del tricolor.
Estas dos estampas de la política nacional y poblana, retratan de manera clara que -como se ha dicho en este espacio en las últimas entregas-, la gran victoria priista del pasado 5 de julio no garantiza que el tricolor las tenga todas consigo ni para el 2010 poblano, ni para el 2012 nacional.

miércoles, 15 de julio de 2009

El 2010


La esperada resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el proceso electoral del 2010 en Puebla le mete prisas a actores políticos y a muchos analistas y periodistas.

Los partidos que protagonizarán el suceso electoral del próximo año tienen escasos meses para seleccionar candidatos, plantear su juego, proponer temas y planear su estrategia.

Hay que recordar que se elige a gobernador, pero también al congreso local y a ediles de los 217 municipios.

Los analistas presurosos que aún se pelean por adjudicarse el crédito de quién fue el que mejor vaticinó y con más claridad el triunfo arrollador priista del pasado 5 de julio (incluidos los que sospechaban y anticipaban tenebrosos pactos en los retretes del poder político, entre la federación y los poderes de la entidad), ahora hacen fila para atisbar en las bolas de cristal del futuro político poblano el triunfo seguro del PRI del gobernador Mario Marín y de quien para todos sin excepción es su candidato, el actual secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala.

El llamado proyecto “Z” (designación que para fines de marketing político y por los tiempos que corren, no me parece muy políticamente correcto, pero en fin) parece avanzar presto hacia el reinado poblano de otros seis años.

(En el exceso, más de un priista triunfador atragantado por el festín del 16-0 tricolor, ya estaban promoviendo al gobernador Mario Marín para la grande-grande del 2012)

La borrachera triunfalista (con su contraparte: la cruda derrotista del PAN) del 5 de julio parece no terminar y obnubila no sólo a priistas y panistas, sino también a buena parte de la opinocracia poblana.

Ya dan por descartados a personajes muy destacados del priiismo y que no hace mucho presumían triunfos tan sonados como los que hoy se festejan: por ejemplo la actual presidente municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz; y su antecesor, Enrique Doger. Por mencionar sólo dos.

Estos personajes del periodismo profetizador poblano, ven disminuidos y casi extintos a los panistas, incluso a su mejor “gallo”, el senador Rafael Moreno Valle.
Aseguran que lo que los anteriores mandatarios poblanos Manuel Bartlett y Melquíades, no pudieron hacer - seleccionar al candidato del tricolor a sucederlo-, Mario Marín lo podrá hacer sin dificultad.

Sin embargo, a pesar de la premura del siguiente proceso electoral, creo que aun falta mucho por ver. En este mundo global del siglo XXI, lo que pase a nivel nacional o en el mundo, también va afectar.

A nivel nacional el contundente avance priista va a verse exigido por su copioso electorado, que lo más seguro es que no vea mejorada su economía para dentro de un año. Antes al contrario, si bien nos va, será hasta finales del 2010 que podrá verse reflejado en el bolsillo ciudadano el fin de la crisis.

Puede ser de ayuda que la economía norteamericana entre a una pronta recuperación. Situación que aunque no sin fecha, puede ser antes de lo esperado.

La aprobación de la gestión de Felipe Calderón, basada en la lucha contra el crimen organizado puede mantenerse, pero a condición de que se noten avances de las fuerzas federales. Por desgracia la espiral de violencia no cesa y las bandas de sicarios armados hasta los dientes, siguen apareciendo a lo largo y ancho del territorio del país.

Así pues, a nivel interno y externo, entre los propios partidos y en las mismas entrañas del poder, pueden suceder muchas cosas, puede haber cambios ya previstos o forzados por las circunstancias.

En fin: aún falta que corra mucha agua bajo el puente.

Los daños de la guardería en Sonora


El único triunfo panista en las gubernaturas en disputa el pasado 5 de julio fue el de Sonora y como mucho se ha dicho, gran parte de este fue consecuencia de la tragedia en la guardería ABC.
Sin embargo valdría la pena analizar hasta qué punto los saldos negativos de esa tragedia también le pegaron a la administración panista federal.


Y es que es tan pésimo e insensible el manejo que el gobernador priista Eduardo Bours hizo del tema (cerrando con broche de oro recientemente con su afirmación luego de esta tragedia, de que él “duerme como un bebé”), como desastroso el estado en que se encuentra la administración del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) luego de 9 años de gestión panista al frente de la gestión federal.


Primero la selección de sus directores deja mucho que desear. Su anterior director, Juan Molinar Horcasitas, se marchó con escasa gloria para irse de titular de la SCT federal. El señor Molinar tiene una sólida trayectoria académica, electoral, pero para nada tenía experiencia en el sector salud y menos aún, en el de las comunicaciones que hoy detenta.


La encargada responsable de las guarderías del IMSS –Carla Rochín-, es una respetable señora con estudios truncos de diseño de interiores y con experiencia laboral como gerente de una taquería, además de su obvia militancia panista y su escasa carrera política en Guanajuato.


(Hay que añadir que la dirigencia nacional del PAN le dio una candidatura al jefe nacional del sindicato del IMSS –Valdemar Gutiérrez-, en contra de la oposición de muchos panistas quienes vieron en esto una afrenta a la tradición democrática blanquiazul y un guiño al viejo corporativismo que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo al país.)


La situación del IMSS reflejada en lo que pasa en la subrogación de las guarderías, con el personal que se selecciona para ser responsables de su buen funcionamiento, nos demuestra que el IMSS de las administraciones panistas, no está mejor que en las del PRI.


La tragedia de Sonora donde se involucran como víctimas mortales a menores y bebés, es la más grave que haya sucedido en el país, desde que se tiene memoria periodística. La indignación que despertó, impactó de manera contundente a todo el país.


La manera en que en días posteriores las autoridades estatales y federales se echaban al bolita para evadir su responsabilidad, es la muestra más patética de cinismo, incapacidad, ineficiencia y estulticia, que se haya visto en los últimos años (y mire amable lector, que hemos tenido muchas).

Luego, el listado de las personas propietarias de estas guarderías, en donde se aprecia que en muchas de las asignaciones de las famosas subrogaciones se siguió privilegiando el compadrazgo, el nepotismo, antes que la eficiencia y la calidad de servicio, simplemente sigue decepcionando a quienes pensamos que la alternancia en el poder ejecutivo federal nos daría mejores resultados.

Otro saldo negativo es el mismo hecho de que la dirigencia nacional del IMSS, tuvo que tardarse más de un mes en tener esta información que se antojaría por lógica, debería estar a la mano y abierta al público.

Eso sin mencionar la asignación de una guardería a una señora que aparte de ser hermana de un perseguido narcotraficante, es ella misma buscada por las autoridades de los Estados Unidos por lavado de dinero.

Simplemente eso demuestra que la administración de estos servicios en el IMSS está hecha un desastre.

Estas anomalías, vistas y entendidas a todo lo largo y ancho del país, debido a la justificable cobertura mediática, antes y después del proceso electoral, impactaron al gobierno de Tours, pero también sin duda impactaron de manera negativa en el voto a nivel nacional hacia el gobernante PAN.

jueves, 9 de julio de 2009

Saldos del 5 de julio

I
Es lugar común recordar esa vieja frase –inspirada en el cuento de Augusto Monterroso—que reza : “...y cuando desperté el dinosaurio aún estaba ahí…”, para referirse el eterno retorno del PRI.
Otro lugar común es hablar del “regreso del PRI”. La verdad sea dicha y sobre todo hablando de Puebla, el PRI nunca se ha ido, por lo tanto no puede regresar lo que nunca se fue.
Más bien el PRI permanece. Su espectacular avance electoral del domingo pasado lo confirma.
Al PRI le pasa lo que al Tri futbolero: cuando pierde una vez lo encaminan al panteón, lo sepultan, lo hunden; cuando gana una lo ensalzan, lo encumbran, lo llenan de elogios, le declaran la victoria eterna…
Sin embargo hay que reflexionar lo que significa que el partidazo esté en la cima. Ahora abandona el banquillo opositor (como tercera fuerza política nacional) desde el que vitupereaba y censuraba al gobierno en turno. Y tendrá la responsabilidad de cogobernar y decidir.
Y esa responsabilidad la tendrá que asumir muy pronto, en diciembre cuando decida y vote las leyes de egresos e ingresos. Ahí se verá en dónde y con cuántos recursos se va a disponer para hacer funcionar al país el próximo año.
Sobre ellos recaerá el peso de decidir de dónde se van a sacar los recursos ¿habrá recortes, habrá ooootra reforma fiscal, se recurrirá a la deuda externa?

II
Lo que está por verse es cuál PRI es el que ganó. Y cuál tricolor es el que va a gobernar en los estados y el que va legislar a nivel federal.
El PRI de Beatriz Paredes, con los restos que quedan en el tricolor del nacionalismo revolucionario, con su visión estatista y anti empresarial, más opuesta al neoliberalismo y que propugna por un “nuevo modelo económico” a nivel global –cualquiera cosa que esto signifique-.
O el PRI de Enrique Peña Nieto y el grupo Atlacomulco, más proclive a la participación privada en todos los sectores productivos, más emparentado con el duopolio televisivo, y con una visión económica en general más cercana a Acción Nacional.
Sabemos cuál PRI ganó, pero no sabemos cuál PRI ejercerá el poder.

III
¿El PRI apostará por la soberbia y se lanzará a boicotear al gobierno de Felipe Calderón?
Beatriz Paredes se ha visto recatada en el triunfo. Tal vez aprecia que este triunfo priista va a exigirle muchas cosas al tricolor y que debe cuidarse de que esta triunfo pueda parecerse más a aquel del 2003, que los llevó a dividirse internamente (Madrazo vs Elba Esther), que les dio fuerzas para oponerse en todo al gobierno de Fox, pero no les alcanzó para llegar fuertes al 2006.
Sin embargo otras actores priistas, muchos de ellos que también se sienten depositarios del liderazgo triunfante del PRI, como los diputados Emilio Gamboa y Cesar Duarte, ya empiezan a exigir cambios en el gabinete calderonista, como si su control total sobre el Poder legislativo no le sea suficiente, ya quieren incidir también en el Poder Ejecutivo.
Tendrán que decidir con claridad si quieren debilitar a un Poder Ejecutivo o quieren unirse a el para sacar al país adelante.
Si apuestan por lo primero mal harán, porque el 2012 lo tiene más cerca para el PRI y no querrán heredar una presidencia debilitada, gastada por la crisis económica y la lucha contra el crimen organizado.
Si apuestan por lo segundo, podrían colaborar a que llegue a buen fin el ciclo presidencial panista, que llegue una alternancia democrática que aleje del Poder Ejecutivo las tentaciones totalitarias (AMLO).
Sería un exceso decir que el PRI “se sacó la rifa del tigre”.
Pero si tiene sobre sus espaldas la gran responsabilidad de ayudar a que al país le vaya bien, aunque para ello tenga que irle bien al presidente Felipe Calderón. ¿Podrán lidiar con eso?

domingo, 5 de julio de 2009

¿Y después de la elección, qué?

Hoy se conocerá como quedará conformada la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y como se repartirán el pastel legislativo los ochos partidos nacionales.
Sabremos si el presidente Felipe Calderón podrá contar con un Poder Legislativo que le facilite la gobernabilidad o que se la complique.
Podremos avizorar el margen de maniobra de los partidos y sus posicionamientos ante el electorado con miras a la sucesión presidencial, tema que de seguro empezará a acaparar la agenda mediática el año entrante.
Y más allá de los sonados casos como la tragedia de la guardería de Hermosillo, de las presuntas negociaciones entre candidatos y narcos en Nuevo León, del predecible retorno de otra ola contagiosa de influenza tipo AH1N1, de la imparable racha de enfrentamientos entre las bandas del crimen organizado, temas que ya de suyo serían de quitar el sueño a todos los habitantes de nuestro país, hay una problemática estructural que atraviesa de una u otra manera estos y otros problemas más.
Y estos temas fundamentales apenas se mencionaron superficialmente en la campaña electoral que hoy concluye.
Uno de ellos es la previsible crisis de liquidez que enfrentarán los gobiernos federal, estatales y municipales, el año entrante. Todo esto consecuencia lógica de un año crítico para la economía nacional como ha sido el 2009.
Porque hoy estamos viviendo de la planeación y la recaudación del 2008, pero el 2010 se tendrá que enfrentar en base a lo sucedido en la economía de este pésimo año.
¿Cómo enfrentarán nuestros próximos diputados que hoy vamos a elegir, este reto al que tendrán que enfrentar al fin de año cuando se vote la ley de ingresos y egresos?
No lo sabemos. Es un enigma.
Sólo hay una cierta coincidencia en que ninguno de los partidos con grupos parlamentarios importantes van a asumir la responsabilidad política e histórica, de buscar una solución a fondo y de largo plazo, como sería una propuesta bien pensada para gravar medicamentos y alimentos con el IVA, buscar eliminar exenciones y en general, aligerar la pesada, compleja miscelánea fiscal que hoy agobia a la planta productiva y que sólo beneficia a la economía informal.
Ante esta negativa a hacer una reforma fiscal de largo plazo, sólo quedan dos opciones: el endeudamiento o la reducción drástica del gasto público. Cualquiera de las dos tendrá un alto costo.
El endeudamiento tiene la “ventaja” de que será un problema que no se verá en sus saldos muy negativos sino hasta mediano plazo y tendrá que solucionarse en el próximo sexenio.
La reducción del gasto público implicará reducción de nóminas y gastos operativos, que repercutirá en mayor o menor medida lo mismo a la alta burocracia que al personal de base y afectará temas tan sensibles como la seguridad pública, la salud, la educación y mucho del gasto de infraestructura.
Otro tema es la cada vez más grave problemática de las adicciones y asociado a esto, el tema de la lucha contra la violencia criminal (que se extiende cada vez más de manera indiscriminada por el territorio mexicano), que aunque sin duda si ocupó gran parte de la contienda electoral que hoy culmina, aún no se le ve fin ni mejora.
El PAN y el gobierno de Calderón, sólo han atinado a apostar por la persecución policiaca y la utilización creciente del ejército en este combate. Solución que para el caso del combate a las bandas criminales es sin duda necesaria, pero para el caso del problema de salud, es absolutamente insuficiente y errado.
El Poder legislativo ha dado tímidos pasos para buscar nuevos paradigmas y nuevas estrategias en la lucha contra este problema de salud. El Partido Social Demócrata ha sido el único que se ha aventurado -con mala fortuna por lo que dicen las encuestas-, a proponer la despenalización del consumo como un paso audaz hacia la racionalización de una lucha que hasta ahora y según las frías cifras, el estado va perdiendo ante la creciente ola de adicciones, principalmente entre jóvenes.
Estos son solo dos de los pendientes nacionales en los que al parecer después de las elecciones, quedaremos igual que como estábamos antes de ellas.

¡A las urnas!

Concluye por fin un proceso electoral sumamente desangelado y extraño.
La presencia de los candidatos en esta ocasión fue muy escasa (a diferencia de las elecciones de años anteriores), con poca de la publicidad tradicional en las calles, muy escasa y centralista la de los medios electrónicos (en radio y televisión sólo los espots hechos desde las dirigencias nacionales de los partidos con muy escasa participación de los candidatos del interior del país) y prácticamente nula en los medios impresos.
Un nuevo ingrediente en esta campaña ha sido la presencia creciente de la opción del voto nulo o “blanco” y las agrias y fuertes discusiones que ha provocado entre los actores políticos y la sociedad civil.
Al ser una elección intermedia se espera una participación muy escasa: no más del 40 por ciento de los electores, en el mejor de los casos.
Tal vez menos del 30% en un escenario más pesimista.
Las cartas están echadas. Los aspirantes ya dieron a conocer su imagen, sus muy escasas y por momentos descabelladas propuestas, los partidos políticos ya echaron mano de guerras limpias, sucias, encuestas y denuestos para pelear por obtener un buen resultado.
Es predecible con muy escasas excepciones el PRI y el PAN se posicionarán como primeras fuerzas a nivel nacional y en el estado de Puebla.
Es previsible que el PRD recupere su tercera posición nacional y no la segunda que ocupó transitoriamente luego de las elecciones de 2006.
PT y PVEM, es probable que vean incrementado su votación, debido a la virtual entronización de AMLO como jefe moral del primero; y a la exitosa y mañosa campaña mediática que el Verde mantiene desde hace meses y que le ha redituado en las preferencias, según las encuestas.
Los partidos minoritarios (PSD, Convergencia y Panal) buscarán mantenerse en el mínimo que la ley les exige para seguir recibiendo los subsidios del erario público.
Lo único que puede hacer de estas elecciones algo novedoso es la irrupción del voto nulo o “blanco”, como una expresión del descontento y la insatisfacción ciudadana con la vida política mexicana y en especial con los partidos.
Eso sería lo que podría hacer la diferencia, que hubiese una mejor afluencia de votantes de la que se espera y que el voto nulo crezca de manera destacable (que sea de un mínimo 8 o 10%).
Si bien el “voto blanco” no tendría una implicación directa u obligatoria sobre los partidos, si sería una expresión clarísima de que nuestro sistema democrático y electoral merece una nueva revisión.
(Además de que pondría en riesgo a los micro partidos -PSD, Convergencia y Panal- ya que su votación deberá incrementarse ante una mayor participación ciudadana).
Lo importante entonces es participar, ir a las urnas y votar.
Sea por el partido o candidato que nos parezca que merece nuestro sufragio.
O anulándolo si así se desea, pero es necesario ir a la casilla, formarse y sufragar.
Esa va a ser el mensaje más claro que la ciudadanía le puede enviar a nuestra desprestigiada clase política.
La participación activa de la ciudadanía en el acto más cívico de una sociedad democrática como es el acudir a las urnas, mostrará a los partidos políticos y a los funcionarios públicos de todo nivel, que la sociedad ya no está dispuesta a dejar todo el futuro de nuestro país en manos de líderes mediocres que velan en primera instancia por sus propios intereses, que no enseñan nada nuevo ni bueno y que la mayor parte de las ocasiones conducen los destinos de México, de espaldas a sus ciudadanos.

Futbol: México y EU

En los últimos meses la “comentocracia” deportiva mexicana se había deshecho en elogios a la selección española, sobre todo luego de su brillante triunfo en la Eurocopa 2008, donde venció en la final nada más pero nada menos que a Alemania por 1-0.
Comentaristas de uno y otro lado se quebraban la cabeza por encontrar los halagos justos a la selección española: “los mejores del mundo”, el mejor futbol de la historia”, “nadie los supera”, etcétera.
Ya varios les ceñían el trono del Torneo Confederaciones que ahora se lleva a cabo en Sudáfrica e incluso le adjudicaban de antemano el Campeonato del Mundo del año entrante a realizarse en ese mismo país africano.
Claro está que la racha de 15 juegos sin perder igualando un récord de la selección brasileña que logró España, fue apoyando esta racha de halagos sin fin.
Sin embargo –cosas del futbol y que por los cuales creo yo, es el deporte más maravilloso y popular del mundo- la selección española se enfrentó en esta semana a la selección de Estados Unidos, equipo de la Concacaf -región muy ninguneada por la “comentocracia” deportiva y a la que pertenece la selección de México- y en un partido muy bien planteado, la selección española fue derrotada por EU de manera clara y contundente, por 2-0 en las semifinales del Torneo Confederaciones en Sudáfrica.
La “comentocracia” deportiva se silenció. Se quedó pasmada. La noticia en los informativos deportivos nocturno de las cadenas nacionales de televisión, simplemente reportaron el hecho de manera escueta, unos cuantos calificativos positivos hacia el futbol de EU, expresiones de sorpresa y punto.
Esa vena crítica y hasta corrosiva que con tanto esmero dedican a la autoflagelación cuando México pierde contra algún equipo de su zona, desapareció al analizar este bueno y claro triunfo de Estados Unidos sobre la poderosa España.
¿Porqué esa actitud de parte de la prensa deportiva mexicana?
Si bien tenemos lazos históricos, económicos, culturales y hasta de sangre con España, también tenemos una provechosa vecindad con Estados Unidos a la que nos unen también lazos históricos, económicos, culturales y hasta de sangre (¿quién no tiene algún familiar viviendo en EU).
Y bien visto, la victoria de EU sobre España debería alegrarnos por el futbol de nuestra zona. Que un equipo de la menospreciada zona de Concacaf haya sido capaz no sólo de jugar de tú a tú con uno de los mejores equipos del mundo –sino que ¡el mejor!-, sino que haya sido lo suficientemente bueno como para ganarle con todos y sus estrellas, es algo que habla bien de nuestro futbol.
Qué bueno que España tenga una selección que marche a buen paso hacia el Mundial 2010.
Pero también qué mejor para México que EU, equipo con el que jugamos en nuestra zona, con el que tenemos vínculos futbolísticos, con quienes compartimos y competimos (y contra quienes vamos a jugar en agosto para buscar un lugar al Mundial de Sudáfrica), destaque de esa manera en torneos internacionales.
Si la selección de EU mejora, nos vemos obligados y motivados a mejorar.
Si España mejora en su futbol, sólo nos podemos alegrar y vitorearlos, pero difícilmente eso nos ayudará directamente a mejorar nuestro balompié.

Lucrar con la desgracia
La tragedia de la guardería Hermosillo, Sonora, ha desnudado de manera vergonzosa las miserias de nuestro país.
El enfrentamiento entre el gobierno de ese estado con el federal, por eludir su responsabilidad y echarse la pelotita uno al otro, es uno de los capítulos más tristes y míseros de la vida política y social mexicana, de los últimos años.
Pero también lo es, la manera en que algunos medios de comunicación han aprovechado para en nombre de la búsqueda de la indagación informativa, escudriñar en el sufrimiento de las familias de los niños muertos en esta tragedia.
La transmisión hasta la saciedad, de los lamentos, las quejas y los detalles del sufrimiento, creo yo, rebasa la necesidad informativa para entrar de lleno en la explotación del morbo para buscar la audiencia y los lectores.

martes, 23 de junio de 2009

Los universitarios y la innovación tecnológica

“Las debilidades de México siguen siendo sus instituciones públicas, el mercados de bienes de consumo y el mercado laboral, el nivel de educación y la falta de innovación”, así lo dice el Reporte de Competitividad de México 2009, publicado por el Foro Económico Mundial por primera vez para nuestro país.

El reporte –en cuya elaboración participó también la Universidad de Harvard- fue realizado de acuerdo a los estándares internacionales en la materia y en el se señala además de las debilidades, nuestras fortalezas a saber: “el tamaño de su mercado, buenas bases macroeconómicas y un sector privado sofisticado”.

Además se informa que México ocupa el lugar número 60 en competitividad a nivel mundial. Si tomamos en cuenta que la economía mexicana está dentro de las 12 más grandes del mundo, su nivel de competitividad es más que malo.

Como se puede notar dentro de las debilidades plateadas están el nivel de educación y la falta de innovación. Es decir, nuestra formación no sólo a nivel básico, sino también a nivel medio superior y superior, no está entre nuestras fortalezas. La falta de innovación es inherente a lo antes señalado. No hay investigación tecnológico dirigida hacía las necesidades económicas de nuestro país.

Por eso es importante y hay que resaltarlo, el anuncio hecho en esta semana por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep) y la empresa armadora de autos Volkswagen de México, de que se abre la carrera de ingeniería en diseño automotriz.

Y es que por increíble que parezca, en Puebla, sede desde hace casi 50 años de la planta de una de las empresas automotrices más importantes del mundo, y sostén económico de la región Puebla-Tlaxcala, no se había buscado formar técnicos profesionales especializados en los vastos temas relacionados con la construcción de autos (prácticamente se requieren de todas las áreas de ciencias exactas).

Las universidades poblanas se pasaron casi cinco décadas contemplando cómo llegaba la tecnología alemana. Teniendo expertos trabajando en la planta automotriz, no se les había ocurrido aprovechar esto para formar técnicos profesionistas que aportaran a la innovación tecnológica que se ha gestado en estas últimas décadas en la planta de VW.

Un poco tarde -pero es mejor que nunca-, una universidad poblana se da cuenta de esto y abre por fin una carrera que vincule de manera real y provechosa, el conocimiento e innovación tecnológica que una institución de educación superior puede dar a la planta productiva regional.

Tuvo que ser una institución privada la que tuviera esta iniciativa.
Pero sería momento que la BUAP y otras instituciones públicas, también se dieran cuenta de estas áreas de oportunidad y creen un vínculo verdadero –no retórico- entre universidad-empresa.

Esa idea de que sólo la ciencia pura es conocimiento y que trabajar para mejorar los métodos de producción en las empresas, es trabajar para la clase empresarial (“y fomentar la explotación del hombre por el hombre…” etcétera), es volver a un pasado ideológico, que no ha resultado productivo ni benéfico para la región, ni el país. Y muchos menos para los sectores más empobrecidos de México.

El rezago nacional en competitividad no es responsabilidad única de los gobiernos federal y estatales. Tienen su parte de culpa, pero no toda.

Las autoridades universitarias y las dirigencias patronales, cada una por su lado y en conjunto, tienen mucho que hacer al respecto.

La izquierda, perdida


La campaña esquizofrénica que viene desarrollando Andrés Manuel López Obrador a favor de tres partidos distintos en todo el país, tiene a la izquierda mexicana metida en un verdadero desgarriate.

Mientras en la televisión a través de espots apoya al Partido del Trabajo (instituto político que de seguro será su sede definitiva luego del 5 de julio), en sus giras ahora apoya al PT, mañana a Convergencia y pasado mañana al perredismo defeño.

Es decir un espectáculo kafkiano del que nada bueno puede salir. Nada bueno para la izquierda democrática e institucional, porque para López Obrador es claro que esto le conviene, a esa división y confusión política le apuesta, ya que prefiere quedarse con muchos menos votos que en el 2006 y contar con menos militantes y activistas, pero más incondicionales.

Es claro que el PT es su consentido. Es de mencionar que en sus inicios se rumoraba que el Partido del Trabajo era una creación de la familia Salinas de Gortari, especialmente de Raúl, quien en sus años mozos profesó una militancia en la izquierda maoísta.

Qué extraño ¿no? que el partido creado bajo la égida salinista en la presidencia de CSG, la ente política más odiada y el enemigo identificado por antonomasia del lopezobradorismo, sea el que se esté convirtiendo en el principal sustento y refugio político del caudillo tabasqueño.

Difícilmente AMLO y compañía podrá rebasar el carácter marginal que hoy tiene el PT en la escena política mexicana. Sin duda les hará crecer su votos y le logrará quitar muchos al PRD, pero difícilmente los pongo en una situación muy diferente al que ahora tiene el PT.

Por ello, López Obrador, inteligente, también apuesta a las posiciones que Convergencia le puede dar. También son pocos y difícilmente podrán superar también su carácter marginal.

Pero ya juntos PT y Convergencia, ya son un buen capital político, pequeño, pero con dinero suficiente para que AMLO pueda seguir su sueño presidencial con miras al 2012.

Si a esto se añade las candidaturas que el PRD gane (principalmente en el DF) y que el lopezobradorismo seguro reclamará para sí luego del 5 de julio por ser de candidatos de corrientes adeptas a él, nos da la cuenta de que la ración de votos que puede captar en estas próximas elecciones López Obrador, será nada desdeñable.

Y estos votos serán arrancados en su mayoría de los que ya no se irán al PRD.

Así pues es previsible que el panorama de la izquierda democrática cambiará sustancialmente luego del 5 de julio.

Ante eso se empieza a mencionar que Jesús Ortega prepara para después del proceso electora luego de ver las cifras de los resultados, ya la propuesta oficial de expulsión de López Obrador del PRD.

A su vez se rumora que será el propio AMLO quien se encargará de “mandar al diablo” a su partido y conformar una movimiento político que con el registro del PT o de Convergencia, empiece su camino hacia Los Pinos para el 2012.

Cualquiera de los dos escenarios es previsible.

En todo caso una vez más, se confirmará en este 2009 el viejo diagnóstico de la izquierda mexicana desde los tiempos universitarios: son pocos, pero bien divididos.

Las manifestaciones y protestas


En la semana que concluye se dio un fuerte enfrentamiento en la ciudad de Puebla, entre los participantes de una marcha de protesta (integrada por maestros disidentes del SNTE, habitantes de Azumiatla, Atzalan, miembros del Suntuap, ambulantes de la 28 de octubre, entre otros) con fuerzas de la seguridad pública del estado.

Un hecho de estas características ya tenía tiempo que no se presentaba en la capital poblana, pero no porque no haya marchas o protestas de grupos u organizaciones políticas y ciudadanas (de hecho hay un plantón de Antorcha Campesina desde hace un mes frente a la sede del Gobierno del Estado, que interrumpe la vialidad de una importante avenida poblana), sino porque por lo regular, la fuerza pública no actúa y permite que estas marchas transcurran sin problema alguna, a pesar de que causan grandes perjuicios a muchos ciudadanos inocentes que se ven afectados por estas protestas ciudadanas.

Este es un buen pretexto para reflexionar sobre la pertinencia de regular y normar las protestas callejeras de grupos políticos y/o ciudadanos.

De ninguna manera se trata de impedir o acallar las inconformidades –cualesquiera que sean- de estos grupos, se trata de que se apeguen a algunas normas mínimas que canalicen sus protestas hacía las instancias pertinentes, que perturben y sacudan a los verdaderos destinatarios de su reclamo (dependencias y funcionarios públicos), pero que no dañen la vida cotidiana de los ciudadanos comunes y corrientes que requieren hacer su vida normal, y que con estas protestas sufre retrasos, molestias e incluso agresiones de parte de muchos de los protestantes –no todos, claro-, que ven de manera injusta a inermes ciudadanos, como potenciales enemigos.

Tampoco se trata de poner en tela de juicio las razones o causas de sus molestias.

Difícil sería calcular el daño económico que estas expresiones causan a la sociedad, pero estoy seguro de que es cuantioso lo que se pierde cada que hay –que es muy seguido, por cierto-, cierres de calles, bloqueos de dependencias, interrupciones de tráfico en carreteras o autopistas, y demás expresiones de descontento que día a día se ven no sólo en Puebla, sino en todo el país.

Y es que en México es de los pocos lugares en que suelen pasar situaciones como estas. Estoy seguro que si uno quiere cerrar una vialidad en cualquier ciudad de EU, de España, de Cuba, de Corea, de China y no digamos de cualquier ciudad europea, simplemente la fuerza pública actuaría de manera inmediata para no permitirlo por ningún motivo.

Para nuestra sociedad mexicana y especialmente para muchos medios de comunicación y quienes trabajamos en ellos, es políticamente incorrecto pensar siquiera en buscar reglamentar las manifestaciones. Sobre todo si estas son expresiones de gente humilde o campesina, cuya causa es justa o se aprecia justa, de antemano (aunque a veces no lo sean tanto y sean reflejo más bien de la manipulación de dirigentes que defienden intereses personales o de pequeños grupos).

Esto conlleva al mismo tiempo una actitud censora en automático, del actuar de los cuerpos policiacos.

Es decir, que grupos ciudadanos interrumpan la circulación de calles, que agredan a personas (sean funcionarios, periodistas o simples transeúntes) no es tan mal visto, es hasta normal.

Pero que policías actúen contra estos manifestantes, que los obliguen a no perturbar a otros ciudadanos y que en esta acción, utilicen la violencia física para someterlos, es visto con desconfianza y hasta con reprobación por muchos trabajadores de los medios de comunicación y mucho de la llamada “opinión publica”.

Yo creo que es momento de analizar y reglamentar estas expresiones de descontento.
La justeza de sus causas y la legitimidad de sus luchas deben ser tema de abierto debate en los medios de comunicación, en las instancias gubernamentales, en los tribunales y eventualmente en las campañas políticas.

Pero no en las calles ni en las carreteras. Se trata de irnos civilizando.

No faltará el que diga que el primero que debe actuar de manera civilizada es el gobierno y sus instancias. Estoy de acuerdo, pero creo que también los ciudadanos y sus organizaciones deben respetar a la comunidad y no tomarla como rehén para conseguir sus objetivos por muy nobles, históricos y legítimos que sean.


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