miércoles, 15 de julio de 2009

Los daños de la guardería en Sonora


El único triunfo panista en las gubernaturas en disputa el pasado 5 de julio fue el de Sonora y como mucho se ha dicho, gran parte de este fue consecuencia de la tragedia en la guardería ABC.
Sin embargo valdría la pena analizar hasta qué punto los saldos negativos de esa tragedia también le pegaron a la administración panista federal.


Y es que es tan pésimo e insensible el manejo que el gobernador priista Eduardo Bours hizo del tema (cerrando con broche de oro recientemente con su afirmación luego de esta tragedia, de que él “duerme como un bebé”), como desastroso el estado en que se encuentra la administración del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) luego de 9 años de gestión panista al frente de la gestión federal.


Primero la selección de sus directores deja mucho que desear. Su anterior director, Juan Molinar Horcasitas, se marchó con escasa gloria para irse de titular de la SCT federal. El señor Molinar tiene una sólida trayectoria académica, electoral, pero para nada tenía experiencia en el sector salud y menos aún, en el de las comunicaciones que hoy detenta.


La encargada responsable de las guarderías del IMSS –Carla Rochín-, es una respetable señora con estudios truncos de diseño de interiores y con experiencia laboral como gerente de una taquería, además de su obvia militancia panista y su escasa carrera política en Guanajuato.


(Hay que añadir que la dirigencia nacional del PAN le dio una candidatura al jefe nacional del sindicato del IMSS –Valdemar Gutiérrez-, en contra de la oposición de muchos panistas quienes vieron en esto una afrenta a la tradición democrática blanquiazul y un guiño al viejo corporativismo que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo al país.)


La situación del IMSS reflejada en lo que pasa en la subrogación de las guarderías, con el personal que se selecciona para ser responsables de su buen funcionamiento, nos demuestra que el IMSS de las administraciones panistas, no está mejor que en las del PRI.


La tragedia de Sonora donde se involucran como víctimas mortales a menores y bebés, es la más grave que haya sucedido en el país, desde que se tiene memoria periodística. La indignación que despertó, impactó de manera contundente a todo el país.


La manera en que en días posteriores las autoridades estatales y federales se echaban al bolita para evadir su responsabilidad, es la muestra más patética de cinismo, incapacidad, ineficiencia y estulticia, que se haya visto en los últimos años (y mire amable lector, que hemos tenido muchas).

Luego, el listado de las personas propietarias de estas guarderías, en donde se aprecia que en muchas de las asignaciones de las famosas subrogaciones se siguió privilegiando el compadrazgo, el nepotismo, antes que la eficiencia y la calidad de servicio, simplemente sigue decepcionando a quienes pensamos que la alternancia en el poder ejecutivo federal nos daría mejores resultados.

Otro saldo negativo es el mismo hecho de que la dirigencia nacional del IMSS, tuvo que tardarse más de un mes en tener esta información que se antojaría por lógica, debería estar a la mano y abierta al público.

Eso sin mencionar la asignación de una guardería a una señora que aparte de ser hermana de un perseguido narcotraficante, es ella misma buscada por las autoridades de los Estados Unidos por lavado de dinero.

Simplemente eso demuestra que la administración de estos servicios en el IMSS está hecha un desastre.

Estas anomalías, vistas y entendidas a todo lo largo y ancho del país, debido a la justificable cobertura mediática, antes y después del proceso electoral, impactaron al gobierno de Tours, pero también sin duda impactaron de manera negativa en el voto a nivel nacional hacia el gobernante PAN.

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