miércoles, 29 de julio de 2009

PRI: ¿operación cicatriz?

Como se podía ir avizorando, el contundente avance priista en las elecciones del pasado 5 de junio, empieza a provocar discrepancias en el partido triunfador, tanto a nivel nacional como en el caso de Puebla.
Primero a nivel nacional. La intención de la dirigente priista Beatriz Paredes Rangel, de convertirse en la coordinadora de la poderosa bancada tricolor en la Cámara de Diputados sin dejar su posición directiva del priismo nacional, pronto encontró una férrea oposición de parte de varios líderes y personajes destacados de ese partido, quienes de inmediato convocaron a una encerrona tricolor para exigirle a la veterana política tlaxcalteca, que mejor se definiera: o era la coordinadora de los diputados priistas, o se quedaba en la dirección nacional de su partido.
Evidentemente las dos responsabilidades, sería demasiado poder concentrado en una sola persona, advirtieron sus opositores tricolores.
Paredes Rangel mantiene hasta esta fecha su indefinición ante esta encrucijada colocada por sus compañeros de partido y es la hora que no se pronuncia, esperando, tal vez, a que pasados los meses pueda quedarse no con las dos funciones, pero sí dejar a un personaje de sus confianzas sobre quien pueda influir, en algunos de los dos cargos.
Esto le daría una posición de privilegio para poder aspirar a convertirse en la primera mujer candidata del ex partidazo, enfrentándose con más fortaleza al nada más, pero nada menos que hasta hoy adelantadísimo aspirante priista, el aún gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Dicen los mal pensados que en Beatriz Paredes, existe la posibilidad de se pueda convertir en una especie de clon –seis años después- de Elba Esther Gordillo y llegar a ser interlocutora única y privilegiada de la relación PRI-Congreso con su amigo el presidente Felipe Calderón, como en su momento lo fue la líder moral del magisterio en su relación con el ex presidente Vicente Fox. Y con ello acumular un capital político y de negociación que le daría muchos puntos en la puja por la candidatura presidencial en el tricolor.
En Puebla, la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de exigir que se cumpla con lo establecido en las leyes federales y se realicen las elecciones del 2010 (donde se verá quién será el próximo gobernador, presidentes municipales y diputados del congreso local) no en el mes de noviembre, sino cuatro meses antes -en el mes de julio- ha puesto al priismo local en un ritmo de toma de decisiones que ha alborotado a los suspirantes del tricolor poblano.
En una inusual y extraña jugada política, el gobernador Mario Marín Torres en la semana que concluye, convocó a sendas comilonas a algunos personajes destacados e influyentes de la escena mediática poblana, para externarles su satisfacción por los excelentes resultados del pasado 5 de julio.
También y aprovechando el viaje, externó no sin ciertas florituras verbales y giros humorísticos, su clara afiliación hacia ciertos personajes de su administración -alumnos políticos suyos y quienes hoy detentan importantes y destacadísimos cargos públicos-, su clara preferencia por que sean los dos aspirantes suyos a ser candidatos a la gubernatura por el PRI en Puebla. Se trata de Javier López Zavala –a la sazón, secretario de Desarrollo Social- y Alejandro Armenta Mier, dirigente estatal del triunfante tricolor.
Además reconociendo que él –Mario Marín- a diferencia de sus predecesores cercanos, Manuel Bartlett y Melquíades Morales, sí podrá tener mano en el momento de elegir al candidato priista a sucederlo en el cargo. Es decir dando por hecho que él y nadie más será el “gran elector” para el año entrante.
Esto ha provocado irritación especialmente en tres personajes destacados del tricolor poblano: el ex edil Enrique Doger, el ex secretario de Salud y hermano del ex gobernador Melquíades, Jesús Morales Flores y del legislador federal Alberto Amador Leal, quienes con diferentes tonos y argumentos han censurado este virtual destape priista a la vieja usanza y el que de golpe y porrazo haya descartado las aspiraciones legítimas de ellos y otros suspirantes del tricolor.
El ex rector de la BUAP, Enrique Doger Guerrero, ha sido más drástico en sus comentarios y de plano ha declarado una virtual “guerra mediática” para exigir un proceso “democrático” y claro de elección interna en el PRI y pide enfáticamente que los aludidos por el mandatario poblano, renuncien ya para garantizar equidad en la contienda interna del tricolor.
Estas dos estampas de la política nacional y poblana, retratan de manera clara que -como se ha dicho en este espacio en las últimas entregas-, la gran victoria priista del pasado 5 de julio no garantiza que el tricolor las tenga todas consigo ni para el 2010 poblano, ni para el 2012 nacional.

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